Ansiedad: cuando el cuerpo se adelanta al presente
La ansiedad es una experiencia común, muchas veces incomprendida, que suele aparecer cuando nuestro cuerpo y mente intentan anticiparse a lo que aún no ha ocurrido. En palabras simples, es como si nuestro sistema nervioso activara todas sus alarmas frente a una amenaza que, en muchos casos, no está realmente presente. Desde la psicología humanista, comprendemos esta respuesta no como un "error" del cuerpo, sino como una señal de algo que necesita ser escuchado y atendido.
Una emoción natural (que a veces se vuelve desbordante)
Sentir ansiedad no es necesariamente algo negativo. Como emoción básica, cumple una función adaptativa: nos prepara para actuar frente a situaciones que percibimos como desafiantes o amenazantes (Barlow, 2002). Sin embargo, cuando esta respuesta se vuelve persistente, intensa o desproporcionada respecto al contexto, puede comenzar a afectar nuestro bienestar diario.
Desde la psicoterapia centrada en la persona, propuesta por Carl Rogers, se considera que las personas tienen una tendencia natural hacia la salud y la autorregulación, y que la ansiedad puede emerger cuando hay una discrepancia entre lo que somos y lo que creemos que deberíamos ser (Rogers, 1959). En ese sentido, la ansiedad puede hablarnos de una tensión interna que merece ser comprendida, no silenciada.
El cuerpo también habla
Muchas personas describen la ansiedad como algo “físico”: palpitaciones, tensión muscular, nudos en el estómago, dificultad para respirar. Esto no es casual. Nuestro cuerpo está íntimamente conectado con nuestra experiencia emocional. Según la psicología somática, el cuerpo no solo refleja lo que sentimos, sino que también lo sostiene, lo recuerda y, en ocasiones, lo anticipa (Van der Kolk, 2014).
La ansiedad es, en muchos sentidos, un cuerpo que se prepara para algo que aún no sucede. El desafío está en poder reconocer esa activación, sin juzgarla, y preguntarnos: ¿qué necesita de mí esta emoción?
Una mirada humanista
Desde el enfoque humanista, la ansiedad no se “elimina” ni se “combate”. Se acoge. Se explora. Se valida. La invitación terapéutica es a cultivar una relación más compasiva con uno mismo, entendiendo que muchas veces la ansiedad es una forma de protección que se volvió crónica o desajustada. Acompañar estos procesos desde un espacio seguro, como el que ofrece la psicoterapia, permite integrar esas vivencias y recuperar la conexión con el presente.
¿Sientes que la ansiedad está afectando tu vida cotidiana? En Amülen, te acompañamos con respeto y cuidado para que puedas explorar tu experiencia emocional y reencontrarte con tu equilibrio interno 🤍
Referencias
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Barlow, D. H. (2002). Anxiety and Its Disorders: The Nature and Treatment of Anxiety and Panic (2ª ed.). Guilford Press.
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Rogers, C. R. (1959). A theory of therapy, personality and interpersonal relationships as developed in the client-centered framework. En S. Koch (Ed.), Psychology: A study of a science. Vol. 3: Formulations of the person and the social context (pp. 184–256). McGraw-Hill.
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Van der Kolk, B. A. (2014). The Body Keeps the Score: Brain, Mind, and Body in the Healing of Trauma. Viking.
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