¿Qué es la respuesta de lucha o huida y cómo se relaciona con la ansiedad?

Cuando una persona se enfrenta a una situación de peligro como ver un animal amenazante o escuchar un ruido inesperado en la noche, su cuerpo reacciona de manera automática para protegerse. Esta reacción se conoce como respuesta de lucha o huida (fight or flight response) y forma parte del sistema natural de defensa del organismo.

Esta respuesta prepara al cuerpo para actuar rápidamente: se liberan hormonas como la adrenalina y el cortisol, los sentidos se ponen en alerta, el corazón late más rápido, los músculos se tensan y la respiración se acelera. Todo esto sucede para ayudar a sobrevivir a un posible peligro. Es un mecanismo esencial para la supervivencia y ha sido clave a lo largo de la evolución humana.

¿Qué pasa cuando este sistema se activa sin una amenaza real?

En los trastornos de ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, entre otros), esta respuesta se activa con demasiada frecuencia, intensidad o en momentos en que no hay un peligro real. Es como si el sistema de alarma del cuerpo se encendiera por error, o no se terminara de apagar.

Algunas situaciones cotidianas como hablar en público, manejar en una autopista o simplemente salir de casa pueden generar reacciones muy intensas en personas con trastornos de ansiedad. El cuerpo responde como si estuviera en peligro, aunque racionalmente la persona sepa que no lo está.

Síntomas comunes de esta activación:

Cuando la respuesta de lucha o huida se activa en un contexto ansioso, pueden aparecer los siguientes síntomas:

  • Palpitaciones o sensación de que el corazón “se sale del pecho”

  • Dificultad para respirar o sensación de ahogo

  • Tensión muscular o temblores

  • Sudoración excesiva

  • Mareo o sensación de desmayo

  • Pensamientos de que algo malo va a pasar

Estos síntomas no son peligrosos en sí mismos, pero pueden ser muy incómodos y generar aún más miedo, creando un círculo vicioso.

¿Qué trastornos se relacionan con esta respuesta?

  • Trastorno de ansiedad generalizada: la persona se preocupa constantemente por muchas cosas, y su cuerpo permanece en un estado de alerta casi permanente.

  • Trastorno de pánico: la persona se preocupa o anticipa intensamente en que puede experimentar nuevamente un ataque de pánico. Este miedo intenso genera una gran activación del sistema nervioso, finalmente generando un ataque de pánico.

  • Fobias específicas: la respuesta de lucha o huida se desencadena ante objetos o situaciones (estímulos) concretas, como arañas, aviones o espacios cerrados.

  • Trastorno de ansiedad social: se activa esta respuesta frente a situaciones sociales por miedo al juicio o la vergüenza.

¿Qué se puede hacer?

La buena noticia es que la respuesta de lucha o huida se puede regular. El primer paso es comprenderla. Cuando una persona sabe que el propósito de esta reacción es ayudarle a protegerse y sobrevivir, puede hacer una interpretación más funcional de esta. Esto permite regular su intensidad, frecuencia y duración. También ayuda a que la usemos a nuestro favor. Todo esto disminuye la probabilidad de desarrollar trastornos de ansiedad.

También se pueden emplear técnicas de relajación, respiración, mindfulness, centramiento o incluso medicamentos.

Si sientes que necesitas apoyo, acudir a un psicoterapeuta puede ser una forma valiosa de avanzar: con su ayuda puedes conocerte mejor, sentirte acompañado y empezar a construir el cambio que deseas. 

----------

Escrito por Ps. Diego San Martín


Dejar un comentario

Por favor tenga en cuenta que los comentarios deben ser aprobados antes de ser publicados

Este sitio está protegido por hCaptcha y se aplican la Política de privacidad de hCaptcha y los Términos del servicio.